domingo, 13 de noviembre de 2011

LA GENTE JOVEN

En los tiempos que corren creo que uno de los grandes problemas que afecta a la juventud es la educación. No sólo la educación formal que reciben de los centros educativos, sino también la educación informal de la que se impregnan, bien sea de la que reciben de su familia como de la sociedad que les rodea; televisión, radio, grupos sociales…
Vivimos en una sociedad en la que prima el liberalismo y se difunde el relativismo moral, todas las opiniones son correctas e igualmente válidas. Esto afecta cada vez más al ámbito educativo y se ve reflejado en los currículos escolares. Cada vez más el profesor aparece como un igual del alumno y va perdiendo la potestad y el respeto que se le daba en generaciones anteriores. Aumenta en un considerable número los profesores de secundaria y bachiller con problemas en sus aulas debido a una falta de autoridad con respecto a sus alumnos. En muchos casos no saben como controlarles y eso les crea frustración y depresiones. Otras veces tiran la toalla y se dedican a dar clase sólo a aquellas personas que realmente quieren aprender.
Bajo mi punto de vista, uno de los factores que están influyendo en todo esto es la sobrevaloración que recibe la juventud en nuestros días. Todo el mundo quiere ser joven. Un alto porcentaje de la propaganda que bombardea todos los días nuestras vidas va dedicada de manera meramente superficial a tratamientos para mejorar nuestro físico y al cómo podemos ser eternamente jóvenes. Los niños y niñas de 13 y 14 años, antes incluso, quieren tener 20 años, y los “adultos” de 30, 40…, quieren seguir teniéndolos. De ahí que ahora los padres, profesores…de nuestros jóvenes quieran convertirse en “colegas” de sus hijos, alumnos..etc.
El castigo, como estrategia pedagógica, se ve de manera extremadamente negativa y, por ello, a los jóvenes se les deja que hagan lo que quieran y que piensen lo que les de la gana cada vez más. Esto acarrea que el respeto hacia las personas mayores se vaya perdiendo a pasos agigantados, tanto en la propia familia como en el entorno escolar. Nos encontramos ante una sociedad perdida, con unos jóvenes que no saben como pensar ni de que manera, sin carácter crítico, que se dejan llevar por lo que dice la mayoría y en los que domina una mentalidad materialista y superficial. Unos jóvenes víctimas de una sociedad acelerada, relativista, sin unos principios claramente marcados. Una sociedad que Juan Manuel de Prada ha denominado “La nueva tiranía”.

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